Situado en la calle Laraña, al lado de la Plaza de la Encarnación, muy cerca de la calle Sierpes, fue iglesia de la Casa Profesora de la Compañía de Jesús, su construcción se inició en 1565 y se consagró en 1579. Destacamos en su fachada exterior un medallón en altorrelieve de la Virgen con el Niño, del siglo XVI, obra de Juan Bautista Vázquez el Viejo. El interior es de una sola nave de cruz latina con un coro alto. Si nos fijamos en el retablo mayor, es de principio del siglo XVII, podemos observar sus pinturas de Roelas y Mohedano, con dos esculturas «San Ignacio de Loyola y San Francisco de Borja» éstas imágenes son esculpidas por Martínez Montañés y pintadas por Francisco Pacheco.
En el siglo XVIII, los jesuitas fueron expulsados de España, Pablo Olavide propuso la instalación en este edificio de la Universidad hispalense, que hasta entonces estuvo en el lugar donde fuera fundada en el siglo XVI en el colegio de Maese Rodrigo en la Puerta de Jerez. La iglesia se convirtió en la capilla de la Universidad, hasta el año 1950, donde se trasladó a la Antigua Fábrica de Tabacos.
Con la desamortización de los conventos por parte de Mendizábal en 1835 y 1837, trajeron como consecuencia la pérdida inevitable de muchas obras de arte, aunque algunos hombres cultos trataron de evitarlo, destacamos entre ellos, el deán Manuel López, quien en 1836 sugirió que se reuniese una colección nacional de obras de arte , se comenzó a reunirse así en este templo cuadros y esculturas de conventos desamortizados que logró recuperar y que más tarde con el tiempo pasarían al Museo de Bellas Artes de Sevilla. Se propuso también la creación en este lugar de un Panteón Sevillano de Hombres Ilustres, se comenzó a trasladarse los sepulcros, auténticas obras de arte que se encontraban en los conventos desamortizados. Con el tiempo la iglesia se convirtió en un museo, del Monasterio de la Cartuja de las Cuevas se trajo los sepulcros de sus patronos los «Enrique de Ribera», así como los sepulcros renacentistas encargados por Don Fadrique Enríquez de Ribera, primer marqués de Tarifa, para sus padres Don Pedro Enríquez y Doña Catalina de Ribera. Todos estos se colocaron a ambos lados de la nave de la iglesia, otros sepulcros de hombres ilustres, se colocaron en el crucero. En el lado del evangelio se colocó el del Mestre Don Lorenzo Suárez de Figueroa, fallecido en 1409 y fundador del monasterio de Santiago de la Espada.
Cuando la Universidad fue trasladada, se perdió la función de iglesia, creándose por decreto en 1971 el «Museo-Templo de la Anunciación» y así se podrían salvar las obras de arte que en él se guardaban. Se amplió la pequeña cripta, quedando así tan grande como la iglesia, se cubrió con bóveda de cañón, las paredes se cubrieron con granito gris para recibir los sepulcros de los hombres ilustres, destacamos entre ellos «Benito Arias Montano», el sepulcro de Federico Sánchez Bedoya y su mujer Doña Regla Manjón, condesa de Lebrija, Lorenzo Suárez de Figueroa, los hermanos Bécquer, junto a los de Ponce de León, señores de Marchena, Mateos Gago, Amador de los Ríos, Alberto Lista, José Gestoso y Duarte de Mendioca.
Cuando se restauró la Cartuja de Santa María de las Cuevas, todos lo sepulcros de la familia de los Enríquez de Ribera se trasladaron a su primitivo emplazamiento, con lo cual este museo ha perdido sus piezas artísticas más bellas e importantes, a pesar de todo sigue guardando la memoria de nombres ilustres que han contribuido en la historía de la ciudad.
PANTEÓN DE LOS
SEVILLANOS ILUSTRES
Iglesia de la Anunciación
954 487 754 Jueves 16:00-20:00
Thursday
Previa solicitud en la Facultad de Bellas Artes
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