Según algunos historiadores el lugar que ocupa hoy la plaza podría haber estado atravesado por uno de los brazos del Guadalquivir, ya que coincidía con la actual calle Odonel, por donde cruzaba el río. La actual plaza fue inaugurada en el año 1844, siendo acogida con alegría por los sevillanos, siendo este un lugar de encuentro sobre todo en época estival. Como otras calles y plazas, la plaza ha sido nombrada de distintas formas a lo largo de la historia. En el siglo XIII se le llama Magdalena, debido a la construcción de una primitiva iglesia bajo la advoción de santa María Magdalena en el mismo lugar que ocupó una antigua mezquita, años más tarde se le nombra Plaza de la Iglesia, desde 1980 se le nombra de nuevo con el nombre de la Magdalena.
Rodeando a la plaza vemos los numerosos edificios que en ella están levantados, sin duda alguna no hay estilo arquitectónico que definan los edificios. Destacamos la casa que hace esquina con calle san Pablo, marcada por el estilo racionalista, fue construida por los arquitectos Arévalo Carrasco y Lupiañez Fely. En el siglo XIX ya se conocía la plaza como un espacio lleno de vida, donde se vendían en los numerosos puestos de agua, carbón, cerveza y y hortalizas, había veladas musicales y paseos nocturnos, siendo uno de los lugares más elegantes de la ciudad. La calle Sierpes es una de las calles más cercanas a la plaza.
En el número 1 actual había unos baños públicos donde las aguas eran potables y cristalinas , se extraían de un pozo, abasteciendo todo el entorno. Otros de los recuerdos a citar es, en el mismo espacio de la plaza, tuvo lugar el taller del genial escultor, nacido en Alcalá la Real, (Jaen) Juan Martínez Montañés. Una placa anexo a unos almacenes nos recuerda que el escultor yace sepultado en esta plaza, antigua iglesia parroquial de Santa María Magdalena, el taller de sus famosas esculturas lo tuvo en casas cercanas a dicho templo.
En el centro de la plaza se encuentra la fuente adornando el espacio central, es del año 1844, anteriormente ya existía otra cuyo caudal de agua provenía de los Caños de Carmona, abasteciendo al entorno de la Magdalena. Para su construcción se emplearon elementos de otra fuente que se enconteraba en la Alamede de Hércules, siendo realizadas por el escultor Juan Bautista Vázquez el «Viejo». La fuente tiene una pila con forma poligonal, en su base se utilizaron mármoles que procedían del Palacio Arzobispal de Umbrete, una figura apoyada en una taza cilíndrica en el centro de la fuente representa a una mujer, lleva una corona de laurel en la mano izquierda, la figura procede del Museo Provincial de Bellas Artes de la ciudad y representa a la musa Caliope, protectora de la poesía épica.
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